Hoy

Hielo en el aire, hielo en la mente, nieve que cae sobre los sueños, frío que nos invita a dormir, más no a soñar, nos nubla, nos abraza benéficamente.

Luz blanca que ratifica la existencia de los objetos, los hace firmes, estáticos.

Frialdad blanca y petrificante.

Hoy puedo decirte que ya no te amo

      y no me siento triste por ello

Me da tristeza el pisar una hormiga

                                   pensar que dejará sola a su familia

Podría ponerme triste al ver marchitarse el medio día

Estoy triste

                 porque tengo ganas de estarlo no porque no te ame

Estoy triste

                  necesito estarlo para ver si me riego un poco

Porque me encuentro seco y olvidado

No estoy triste porque el amor se me acabe

                Sino porque tengo demasiado y no puedo gastarlo

Te puedo decir que ya no te amo

          Sin embargo espero que algún día estés a mi lado

Almatoste II

Di siempre que nunca me viste llorar, que nada tiene que ver con mi garganta que se cierra.
Que no odiaba nada, que solo amaba todo y me dolia ver el sufrimiento, dilo mientras mis ojos se abren queriendo ver todo el mundo.
Queriendo ver el mundo en segura oscuridad.

El recuerdo evaporado en un adiós

Esta noche sabe a olvido.

A nombre solitario entre las sábanas nocturnas;

pasa tiempo de los sin sueño,

a los desgraciados cantos junto al fuego de los hombres sin hogar.

Esta noche no es como las anteriores.

Esta noche es el pasado.

El recuerdo evaporado en un adiós.

Oscuro sabor de cenizas en la boca.

Amargo vino sin nombre.

Esta noche sabe a todo, excepto a ti.

Esta noche ya no lleva tu nombre:

tu imagen pura, tus manos suaves y tu olor a natura

se han evaporado en alcohol.

Tú ya no eres esta noche, ni las posteriores.

La cansada búsqueda a ciegas para en esta noche con sabor a olvido.

En esta noche vacía e insípida.

En esta noche que se va con otra noche