Por algo se empieza (10)

Hambre

El hambre se come sola,
el estómago me muerde y jala furtivamente
pide un beso de comida y garganta,
pide el amor de un alimento frío o caliente,

ya no importa.

Después llega el descanso

una balsa de huesos flotante sobre el manantial.

Por algo se empieza (nueve)

Olvidaré que te extraño

Te extraño estúpidamente
con vano afán te amo,
grito tu nombre silenciosamente
que cae sobre la noche como reclamo.

Mi miedo borbotea
cuando no estás a mi lado,
subo a mi azotea
con mi valor asustado
que muere de un pánico enamorado.

Extraño que me extrañes
que nos extrañemos al mismo tiempo
pero extrañarte siempre solo
es olvidarte lento.

Te extraño estúpidamente
en los días que no estás
y nunca estás,
te extraño incesantemente
y te extraña mi soledad.

Acabaste antes de empezar a empezar
le quitaste la pluma a la libreta,
yo tenía ganas de amar
pero sin musa no hay poeta.

Yo triste, tú contenta,
es nuestra pequeña diferencia,
aún en el tiempo en que te olvido
te amo sin darme cuenta.

No estás, te has ido
se ha ido el tiempo y los años;
viene el invierno
y con este frío
olvidaré que te extraño.

por algo se empieza (8)

 (esto no lo recordaba, es más, pareciera que nunca fue escrito, la fecha, imprecisa pero anterior a los pasados tres años. )

¿Y si le dices que ya no la amas y se corta el alma, se tira del techo, se pierde en la cama, y  si te olvida mañana?

Te levantas buscando las palabras, encontrando las ideas, descartando pensamientos, luchando contra dragones, rescatando princesas y tratando de cambiar todo el dolor, olvidarlo entre los pasillos.

Cubriéndote la cara. Piensas en todas esas veces que le dijiste que le amabas, pero ya no, no se puede más. Pudo haber sido la persona para ti. Te vistes entre recuerdos y mares de galaxias. Esperas que no te cortes el alma, que no te tires del techo, que no te pierdas en la cama y no la olvides mañana.

Caminas entre las calles, te lees en ellas. Pasas junto a tus dragones y princesas buscando cambiar todo para que no sea como lo que podría ser. Te encuentras en rededor de su torre alta y no la rescatarás. Se podría cortar el alma, tirar del techo, perderse en la cama y olvidarte mañana.

Subes hasta donde se encuentra ella. Eres el caballero al que ama y le protegía el corazón. Y si te dice que te ama, y luego se corta el alma, se tira del techo, se pierde en la cama y no te olvida mañana y ya no haces nada.

Y si te vas entre las palabras, buscas vías lácteas, recorres las plazas y solamente le dices que ya no la amas. Y si sólo no le dices que no la amas y tú le cortas el alma, la tiras del techo, la pierdes en la cama y haces que te olvide mañana. 

Por algo se empieza (7)

Este texto es de febrero del 2008

Calla para escuchar lo que me dicen tus silencios
para conocerte sin preguntas
y sentirte sin caricias
Porque al fin y al cavo así no la pasamos
desnudando a la sintonía de nuestros corazones
Calla, para que me sientas vulnerable
y te animes a comprender
que amo cada secreto
que mitigas entre voces
y destapas en el brillo de tus ojos
ese infalible sentir de perderse un momento
en tu belleza interior, tus frustraciones
Así es como aprecio lo que no me dejas cortejar
por costumbre o por vanidad
por esa fidelidad a la moral
Porqué no te aprovechas de que no soy bueno
para hacerme cambiar
y desarmarme en la intimidad
apoderarte de lo que suelo ocultar
Acaso pudiste empezar el final
retroceder para avanzar
para inculcarme el que no debo amarte
y ser feliz en mi realidad
Porque partiste sin mirar atras
y te llevaste mi capacidad de soñar
porque cada vez que despierto tengo mas espacio
y me siento tan pequeño
y me aferro a la idea de que a mi lado estas

Por algo se empieza (6)

Último poema a C.E.

Si te digo te amo
sé lo que dirías,
pues todo lo que pienso
para ti son tonterías.

Si te digo te odio
sé que llorarías,
pues no distingues
el dolor de la mentira.

Despierta soñadora de realidad
que el tiempo extiende los recuerdos en ceniza;
despierta pesadilla de mentira
que no puedo iniciar lo que termina.

Tu último poema
último sonido de mi voz,
décima musa
duerme, adiós.

Por algo se empieza (5)

Solitario

En mi cabeza una oquedad zumbante,
pasmado y en silencio
las marcas de tus besos,
tus caricias languidecen.

Sin embargo en mi corazón y memoria
renace tu risa,
tu llanto, tu figura.

Mi cuerpo arde como una llama de hielo;
mis ojos se han nublado, mi boca se ha cerrado.
Hoy mi memoria enmarañada sucumbe ante vos.

Soy blanco perfecto de las voces
que flagrantes atraviesan mi cuerpo destrozándolo
mas no así mi amor.

No hace mucho que rompiste mi recuerdo maltrecho,
no hace mucho que pise tu cariño.
mil pedazos de tiempo nos distancian, pero hoy
eres mi fuerza, mi yelmo.

Te veo en sueños efímeros, mundanos
te palpo y
la ausencia
silueta de humo.
Despierto, te busco y no encuentro;
era sólo un sueño.

Alegrías, tristezas invaden mi cuerpo divagando
y ahora pasado un año, mil historias;
lágrimas rotas, triunfos
y derrotas.


Se dibujan dos palabras en mis ojos.

Por algo se empieza (4)

Soy demasiado malo para recordar fechas, nombres o tiempos en los que pasó algo; lo que les puedo decir de lo siguiente es que fue escrito hace no menos de cuatro años ya que estaba en la preparatoria.

Sin Más...

Los molinos siguen moviéndose
con el aire que respiro.

Las nubes se crean por los sueños

perdidos, los que nadie cree

posible lograr.

El viento que sopla en las praderas que

llevan consigo las peores y mejores

palabras que se han dicho.

La noche que cubre a la pradera

crea a las más grandes historias

de toda la humanidad; la

oscuridad que la acompaña

lleva consigo a las pesadillas

que los niños y adultos niegan, y

por lo tanto, las alimentan

más.

El sol no se ve, está

tan lejano calentando las

esperanzas y sueños; tan

lejanos de todo esto,

y de todos los nuestros; siempre

se le espera, siempre se le reza,

pero la noche dura tanto;

tan gloriosa, como intrigante.

negligente por crear las más bellas

ilusiones, tan despiadada por llevárselas

con los primeros rayos del día.

los molinos siguen moviéndose

con el aire que respiro; y la luna me

observa de lejos y yo a ella.

y los molinos siguen moviéndose

entre la noche. Tanta paz.

Por algo se empieza (3)

CALLADA

Escuché tu voz nuevamente,
mi voz sonaba sola, aislada,
dije te amo, con temblor en la garganta
y tú, no dijiste nada.

Jugaste a jugar nuestro amor.
Anidaron golondrinas doradas,
fue demasiado aire para respirar
y tú, no dijiste nada.

He aquí que no somos nada,
mirando como los sordos,
sonriendo como los ciegos.

He aquí que te quedas callada,
te faltan las palabras
y a mí, me sobra tu silencio.