El diablo me toma en sus manos
araña mis costados
y habla de suicidios y asaltos
despertamos muy temprano
para alejarme de tu lado
me le escondo un rato
y te escribo, te canto
y por las mañanas me enamoro de ti otro tanto
pero me encuentra y me dice
                                           que eres tú la que me ha dejado
                                           que eres un recuerdo,
                                           algo del pasado
se burla de mí
no tengo ganas de hacerle caso
hay días en los que me deja consternado
ya que me hace creer que nunca te he amado
pero qué hago
                         no hay alguien más aquí a mi lado

De noche
me llega la nostalgia
todo lo que se fue
y perdió importancia
solo queda en mi mente y me llena de ansias

Contigo olvidaré
que la música se sepulto
pretenderé ignorar
que la esencia se perdió
que esta sociedad se basa en falsedades
envidias y ambición
que el dinero ya tiene mas valor
incluso que la vida misma, que el corazón
contigo...
imaginaré que viví en otros años
en los cuales seguramente todo fue mejor
todo fue sincero, sin prejuicios
simplemente sencillo y humano
con un verdadero valor

Hay una voz, sombra, sensación
que me dice que los sueños
se basan en la ilusión
cosa que probablemente
jamas existió.

De alguna manera

I

De alguna manera

nuestros sueños se encontraron

la misma noche;

yo estaba dormido

y con los labios cerrados

pronunciaba tu nombre.

II

De pronto dejamos

de ser invisibles

y nos empezamos a mirar,

¿será que de tanto soñarte

te hiciste real?

Lo que hay detrás de tu nombre con sabor a enfermedad

a Nayeli

Lo que hay detrás de tu nombre con sabor a enfermedad

ya no me basta para recordarte.

Lo que escondes entre los orificios de lo infinito ha comenzado a impacientarme.

El rojo escaño de lo desconocido.

Una impaciencia saturada de soledad

y tú, rehuyendo entre las fallas de un parpadeo.

Reinventarte a cada tarde

La recolección de tus palabras en papel.

Concebirte siempre de manera diferente,

detallarte o imaginarte, cuando no estás,

Siempre en mi habitación a oscuras.

No reniego nunca de tus reproches o balbuceos.

La razón inocua de ambos por la tarde

en el intercambio de charlas tal vez sin sentido

para corromper la tarde-noche del tedio y

rasgarnos instantes de vida mutuamente.