No me pidas palabras con urgencia, ni besos, ni calor.
No me des un lugar para poner mi esperanza, mi alma o mi razón.
No busques bajo mi piel, pedazos que no puedo entregarte.
No esperes sentir mis dolores o soportar mi irremediable tristeza.
No intentes cegar mis ojos para verte desde mi interior,
ni pongas sobre mi cabeza tus secretos, ni tu cansancio o tu perdón.
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