a Nayeli
Lo que hay detrás de tu nombre con sabor a enfermedad
ya no me basta para recordarte.
Lo que escondes entre los orificios de lo infinito ha comenzado a impacientarme.
El rojo escaño de lo desconocido.
Una impaciencia saturada de soledad
y tú, rehuyendo entre las fallas de un parpadeo.
Reinventarte a cada tarde
La recolección de tus palabras en papel.
Concebirte siempre de manera diferente,
detallarte o imaginarte, cuando no estás,
Siempre en mi habitación a oscuras.
No reniego nunca de tus reproches o balbuceos.
La razón inocua de ambos por la tarde
en el intercambio de charlas tal vez sin sentido
para corromper la tarde-noche del tedio y
rasgarnos instantes de vida mutuamente.
4 comentarios:
Adri: Gracias, por "hacerme" especial.
Los cuatro últimos versos me encantaron, decir que la charlar es rasgarse instantes de vida. Muy chido. Saludos!
el inicio es muy bueno. En general se me hizo genial la manera de escribir.
el inicio es muy bueno. En general se me hizo genial la manera de escribir.
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