Hay un blues
flotando en su voz
tejida por millares de retazos
de tristezas pasadas.
Se acerca a mí
como los ciegos
al vacío
Sus ojos cristalizados
ya casi no respiran
de los míos
Como a las estrellas
la miro sabiendo
que no existe
Ha dejado de fluir tiempo
por las venas quebradizas
de esos días
Ahora sólo hay
vidrios empañados
cubriendo la desnudez
de aquellas calles
No he bebido desde entonces.
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