lunes, 31 de mayo de 2010

Miedo

No le temo al abismo de silencio,
ni al caudal hambriento de la ausencia
que despierta a media noche
como sonámbula sombra.

No le temo a las palabras
roídas por las ansias de encontrarse
de nuevo en otras voces,
no le temo a tus recuerdos,
ni a los sentidos desperdiciados
eternizados en el espacio.
No le temo a la espera vencida
ni a las opiniones disonantes,
no le temo a las angustias creadas
ni a los pastores de la luna.
Le temo sólo a la oscuridad que provocas
cuando cierras tus ojos solares.

4 comentarios:

kenia1988 dijo...

Dräko!, bienvenido al club selecto de los que escriben poemas sin poesía de Aguascalientes. Bueno, hablando en serio, me da gusto que hayas aceptado la invitación de unirte al ladrillo. El poema está chido, ahora, para que veas, el final fue contundente. Me recordó los poemas No es que muera de amor, y Pequeña del amor, en la manera de decirlo. Esperamos el próximo.

Dräko dijo...

tenemos que decirnos por nuestros pseudónimos? Ok
Gracias Kenia 1988!

Dräko dijo...

Comentaré de nuevo para que aparezcan 3 comentarios jajaja

Sadicrow dijo...

me gusta cómo suena "pastores de la luna"; en sí me agrada mucho el poema, tiene una imagen muy buena y te obliga a recrear lo que en él dice. (aunque yo no le temo tampoco a eso que dices sí le temo a encontrarme a la que crea las angustias)