Fuiste más fuerte que un dios
cuando el estómago se te infló,
en tu apretar de dientes,
en tu cuerpo con dos vidas,
en tu verdad con cabeza de agua
y en la callada mentira.
Fuiste más fuerte que un dios
al sacar tu imperfección
aguantando el dolor
con el cuarpo aniquilado
y mi papá disfrazado de doctor
buscando tu milagro.
Tendida en el catre
como muerta, pero media viva
(digo media viva
porque soy la otra mitad
de tu vida
y tú de la mía),
viste a tu hijo
de extraño cuerpo
y mirada perdida.
Y soy yo tu hijo,
tu primera maravilla,
el que ahora te lee
las cosas que escribe
sentado en una silla,
el que se escondía
jugando al feto cabezón
bajo tus costillas,
el que sujetaba tu corazón
por miedo a ver
la luz del día,
el que te ama de amor
y agradece tu firme labor
madre mía.
4 comentarios:
Claro que me hubiera gustado darle algo más, hacer de este día algo inolvidable para ella, pero hoy fue un lunes común maravilloso. Ella me ayudó con un trabajo de la escuela casi todo el día y yo la abracé. Supongo que es mejor recordar los momentos que las fechas.
Felicidades a todas las mamás de los pocos lectores de este blog.
nos ayudó con un trabajo... y gracias por eso.
seguro que a tu mamá como a las de todos ocasionalmente les agrada más este tipo de detalles que las cosas materiales, que mejor inspiración que la que surje por tu "jefecita" para hacer estos versos.
monchis
Lo sentí forzado y de ternura gratuita, no es igual de fácil escribir sobre el amor hacia una chica que hacia una madre, generalmente porque el estilo de "amor a la chica" nos vicia.
Aún así creo que a tu madre debe haberle encantado y eso, como dices, marcará un momento entre ustedes dos y trascenderá, quizá llegue el día en que se lo vuelvas a leer, con una voz más cansada y un semblante más experto, mientras ella escucha y deja escapar una lágrima recordando cada palabra en un perfecto orden. Así es el amor maternal, el único incondicional.
Delfín
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