lunes, 15 de agosto de 2011

VIII


Me estoy muriendo. Tiro la vida en algo que me cansa. Me deprime (No busco la gloria ni alguna de esas cosas, no me llaman la atención, no me sirven). Preferiría pasar hambre haciendo algo diferente, algo que me guste, a seguir aquí engusanándome. Maestitia, tengo que aguantarme otro día y mañana otro, otro y otro... -quisiera pararme en la silla y gritar que renuncio porque siento que me tragan el cerebro estas paredes; ¿serán veinte, cinco o cuarenta días más de este ayuno?- Sólo me queda esperar que la semana que entra olvide ésta, que luego falte una hora y olvide las anteriores, que llegue el momento y me despidan o renuncie o corra o que algo pase y pueda dejar todo atrás, mas ahora tengo que tolerar despertarme de madrugada, bañarme con agua fría, entrar haciendo fila, convencer a gente de algo que no necesita. Maestitia, en verdad me estoy muriendo y se me consumen los huesos, ¿pero qué hago, con quién me dirijo, a quién busco? si todo y todos se vuelven extraños y nos estamos ignorando... maestitia, esto se está acabando y no sé cómo sobrellevarlo y busco a alguien y no lo encuentro.   

-sólo temo que llegue el momento donde todo esto haya terminado, y sea como un sueño que llegue a extrañar en algún momento-

No hay comentarios: