jueves, 26 de agosto de 2010

XVI

Somos parecidos

porque tenemos en el alma

una flama que incandece

en medio de turbias olas



porque las noches ansiosas

no reposan, ni regresan,

sin haber desatado el albedrío



somos parecidos

porque es casi lo mismo

una aurora y un reflejo,

o en nuestros ojos cerrados

las sombras o los colores



porque compartimos un recuerdo

y otro

y porque ensayamos el futuro

en trincheras clandestinas



somos parecidos porque las calles

nos narran la misma noche,

porque la noche

nos narra el silencio

y el silencio el destino.



Pero somos lo mismo

cuando nos quedamos sin palabras.

4 comentarios:

Cuquis dijo...

Es bueno ser parecidos, pero no iguales.
Al quedarse sin palabras, habla más de lo que pudieran decir...

Me gustó.

Dräko dijo...

Gracias por tu comentario Cuquis, dice Choco que le comentes sus poemas.

Choco dijo...

me gusta :)

Sadicrow dijo...

está padre. Me gusta el tono sencillo que tiene