martes, 17 de agosto de 2010

XV

Me acordé cuando me decías

que el futuro y el pasado

eran sólo pasatiempos



Sumergías tus recuerdos

en un café tibio

y dejabas remojando

los ecos inaudibles

de esas noches



Miré tus manos desnudas

en aquel silencio de hielo,

esta vez no habría gaviotas

ni neblina,

sólo unos cuantos terrones de azúcar

vertidos en la memoria

5 comentarios:

Choco dijo...

Me gustó el poema, pero el café es malo... jaja. No entendí mucho, pero el final se me hizo bueno, quién sabe si se refiera a los dulces recuerdos. Gracias por subirlo :)

Anónimo dijo...

No choco el café no es malo, sólo le hace mal a quien lo consume.

Anónimo dijo...

Es como las armas, las armas no matan, la gente es quien mata

Dräko dijo...

qué?

Choco dijo...

jajaja